No, nunca fue mi mano mas lenta que en la
hora secretamente mia de aquella noche.
--Aquella. . .
Fue así como una nube cuando oculta una
Estrella,
O
Así como una estrella que se
Pierde en la aurora.
Nuca tuvo mi mano mas quietud impaciente.
-Semejante a la mano de un ladrón inexperto.
Porque fue como un buque que oscilara en el
Puerto.
Con el ansia inconforme de zarpar de
Repente.
Si,
aquella noche-
noche para sonar en vano,
O
encender una estrella o apagar una duda,
Surgió bajo mi mano tu belleza desnuda,
Como si tu belleza surgiera de mi mano.
Ni una sola palabra de temor o reproche
Abrevio el retardado placer del desenlace,
-Como crece un jacinto frente al alba que
Nace,
O
como nace el alba del fondo de la noche.
No, nunca fue una mano más lenta ni más leve.
Que mi mano de amante con su gesto de amigo.
Eras como la nieve cayendo sobre el trigo,
O
un trigo milagroso brotando de la nieve,
Y tú estabas inmóvil bajo la felpa rosa,
Como una flor fantástica que se abriera en el
Lecho,
Mientras mi mano lenta descubría en tu
Pecho dos motivos iguales para llamarte hermosa.
Pero desde esa noche de calma y de tormenta,
Desorientadamente vacilo en una duda:
Si cerraste los ojos por no verte desnuda,
O
Bien porque mi mano fue demasiado lenta. . .

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